Creado por Lourdes Mederos, gerente de relaciones públicas en español para el Departamento de Comunicaciones de UF/IFAS.
Si ha degustado del arte culinario en restaurantes del Caribe, Centroamérica o Sudamérica, es posible que esté familiarizado con la calabaza.
Tradicionalmente preparada de varias maneras como ingrediente clave en deliciosos guisos, sopas, guarniciones, panes e incluso postres, la calabaza es el tema principal de investigación de un equipo de científicos de University of Florida, quienes esperan que la calabaza sea una nueva adquisición para la industria del Sureste de Florida.
Con dos años de investigación, Geoffrey Meru, genetista de vegetales de UF/IFAS y su equipo en el Centro de Educación e Investigación Tropical de UF/IFAS en Homestead Florida, han sentado las bases para este proyecto. Los investigadores esperan poder resaltar el poderoso potencial que la calabaza tiene desde el punto de vista nutricional, de adaptabilidad y sostenibilidad.
“La calabaza tiene un alto potencial nutricional y se caracteriza por su versatilidad, al producir poco desperdicio porque se puede utilizar su pulpa, semillas e incluso su cáscara”, explicó Meru. “Es fácil de producir, casi libre de plagas y es un cultivo excelente que se puede utilizar en rotación con otros”.
Actualmente, la mayor parte de la semilla de calabaza que se consume en los Estados Unidos es importada, lo que crea la necesidad de cultivar variedades nutritivas y de alto rendimiento que se adapten localmente a diversas zonas del país. Para satisfacer la demanda interna actual y proyectada de semillas de calabaza, los productores deben tener acceso a cultivares que produzcan semillas con alto rendimiento, así como calabazas de tamaño y nutrición óptimos.
Debido a que el cultivo de calabaza se adapta al clima tropical de Florida con requisitos mínimos de riego, Meru y su equipo de trabajo han estado investigando sus cualidades como cultivo sostenible para plantar comercialmente en Florida, Georgia, Alabama y Puerto Rico.
Gracias a una subvención de $399.999 proveniente del programa de Investigación y Educación para la Agricultura Sostenible en el Sur, el cual es parte del Departamento de Agricultura de los EE. UU., (USDA-SSARE, por sus siglas en inglés), la investigación se encuentra en una etapa crítica. Hasta el momento, se han desarrollado una variedad de líneas genéticas y se han probado 20 variedades con cuatro productores, dos en Florida, uno en Alabama y uno en Georgia.
Además, se han realizado los análisis socioeconómicos necesarios para determinar las preferencias de productos por parte de los consumidores, como el color, el sabor y el precio. También se han recopilado datos para evaluar las preferencias de cultivares por parte de los productores y comerciantes.
Los atributos que los productores y comerciantes buscan en la calabaza incluyen el tamaño, el rendimiento y la preferencia de los consumidores a la hora de seleccionar el producto en el supermercado local, ya sea cortado en cuartos o mitades, picado o entero.
“Hemos reducido la selección a dos cultivares y cuatro líneas genéticas que son ideales para cultivar comercialmente en estas regiones”, aclaró Meru. “Hemos realizado el análisis nutricional necesario y esperamos poner a disposición los dos cultivares que promoverán localmente la industria de la calabaza”.
El más reciente análisis de mercado étnico de la calabaza en Florida estimó que su valor es de $5 millones, mientras que sus importaciones totales a Estados Unidos se estiman en $30 millones.
Meru y su equipo han creado las bases para cocineros, productores, consumidores y una variedad de industrias, al centrarse también en si la calabaza proporciona la combinación correcta de ganancias, una demanda más amplia de los consumidores y utilidad para una variedad de industrias. Con la combinación correcta, la calabaza podría ser el próximo cultivo elegido por quienes trabajan en las industrias cerveceras, alimentaria, agrícola y de salud por sus cualidades deseables como cultivo sostenible en Florida.
La calabaza es conocida por varios nombres como calabaza cubana o zapallo cubano en Cuba, ayote en Centroamérica, auyama en República Dominicana, kalabasa en Filipinas y zapallo en Sudamérica. En la comunidad latina del sur de Florida, la calabaza cubana se presta para sabrosas recetas tradicionales durante la época festiva e invernal, típicas de la cocina latinoamericana.
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Traducido al español por Luz Bahder luzdenia@ufl.edu
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